jueves, 27 de diciembre de 2012
A fuego lento...
A fuego lento, cocinando con cariño y esmero, mi madre y su inseparable delantal. En la cocina no cabe un cacharro más ¡! Se altera porque no tiene espacio, pero en el fondo le encanta porque es su manera de demostrar que nos quiere.
En el salón mi padre, cortando jamón, y entre loncha y loncha, alguna cae en su boca. Afila bien los cuchillos porque le gusta el jamón finito, finito. Y cuando se harte de cortar jamón, sabe que le espera un queso.
¿ Mi hermano dónde está ? Nadie sabe dónde está, aparece y desaparece mientras mete la mano en el plato del jamón. Mi padre le riñe, pero en cuanto se dá la vuelta le quita otra lonchita.
Protesta y protesta, porque dice que así el plato nunca sube. Pero a mi hermano le dá igual, cuando vuelva cogerá más.
Mientras, intento domar mis pelos, para que no se abulten demasiado que a veces pareciera que tienen vida propia y encima mi padre y mi hermano me sacarán algún chiste.
Se acerca mi "cuñá" a ver si puede echar una mano, pero mi madre nos echa a la dos, dice que la cocina es demasiado pequeña y no cabemos. Así que , nos dá la excusa perfecta para rodear a mi padre y catar el jamón.
Llegan mis tios, excusa que mi padre aprovecha para tomar la primera copita.
Más tarde mis primas, la casa se llena de alboroto.
Un alboroto que me encanta, que echo de menos, que a veces hasta necesito.
Todos hablamos con todos, ponemos la mesa y evitamos ponernos cerca de la cocina porque será el que más se levante a por las cosas. Pero inconscientemente, cada año nos sentamos en el mismo sitio, y ésta que les escribe se sienta precisamente en ese sitio. Pero no me importa, es mi familia, los acepto tal cual son . En la cena hay tiempo para todo, para hablar, para discutir, mi hermano saca su tenedor con alargador y nos quita del plato las gambas ya peladas, hay tiempo para recordar, para añorar, hay tiempo para todo. Y después del atracón, aún hay ganas para el turrón de chocolate.
No me gusta la Navidad, pero solo por este ratito merece la pena. Siempre y cuando alguna no se ponga de parto como en los últimos 2 años y acabemos tomando las uvas en el hospital.
Este año todo marcha normal, el alboroto está asegurado.
Éste será mi fin de año, espero que tengais tod@s una buena entrada de año, y que todo lo malo de 2012 se quede en 2012. Tenemos todo un año lleno de oportunidades!!!
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Yo soy esa cuña...q siemp mete la mano... Y espero q cada año.pase lo mismo xq yo tmb asepto q cada uno tngamos la costumbr fe tener cada sitio asignado!!! Formo parte de esa peaso de familia!!! Os quiero
ResponderEliminarQue pero que bonito me a puesto lis vellis de punta y hasta me e emocionao que fuerte besos
ResponderEliminarQué tierno, Rachel, me recordaste las navidades pasadas (muy pasadas) cuando yo mismo me quejaba de que era injusto que mi madre se pasara horas y horas en la cocina guisando para todos y que ni siquiera se sentara ni un rato a la mesa a cenar con todos (cuando acababa el picoteo, empezaba los primeros platos, después los segundos, el postre, los cafés... etc, etc,) Vamos, horroroso. Menos mal que la pobre siempre se lo tomó con humor, y al igual que la tuya, nunca quiso a nadie en la cocina. En fin, que felices fiestas y que tengas un maravilloso final y comienzo de año!!
ResponderEliminarEspectacular.a mi me encantan esas cenas añejas y emotivas,donde se come,charla y cantas. Es el momento de la alegría y donde te libras del maltrato del año
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