jueves, 26 de noviembre de 2015

Y tú...¿Qué clase de ser humano eres?...

¿Qué clase de ser humano soy?   

Menuda pregunta ¿Verdad?

La del vaso que retiene y que no da nada.

La del canal que da y no retiene.

La de la fuente que crea, retiene y da.

   Y entonces comprendí que, hay seres humano-vaso, cuya única ocupacion es almacenar virtudes, ciencia y sabiduría, objetos y dinero. Son aquellos que creen saber todo lo que hay que saber, tener todo lo que hay que tener y consideran su tarea terminada cuando han concluido su almacenamiento. No pueden compartir su alegría, ni poner al servicio de los demás sus talentos, ni siquiera repartir sabiduría. Son extraordinariamente estériles; servidores de su egoísmo, carceleros de su propio potencial humano.

     Por otro lado, existen los seres humanos-canal, son aquellas personas que se pasan la vida haciendo y haciendo cosas. Su lema es:"producir, producir y producir". No están felices si no realizan muchas, muchísimas actividades y todas de prisa, sin perder un minuto. Creen estar al servicio de los demás, fruto de su neurosis productiva, cuando en realidad su accionar es el único modo que tienen de calmar sus carencias; dan, dan y dan; pero no retienen. Siguen dando y se sienten vacíos.

     Pero también podemos encontrar seres humanos-fuente, que son verdaderos manantiales de vida. Capaces de dar sin vaciarse, de regar sin decrecer, de ofrecer su agua sin quedarse secos. Son aquellos que nos salpican "gotitas" de amor, confianza y optimismo, iluminando con su reflejo nuestra propia vida.

Fuente: El tren de la vida.

jueves, 19 de noviembre de 2015

El eco de un mundo raro...




     Me hablaron de un mundo donde podías hacer lo que quisieras sin que tus padres te obligaran, "El mundo de los adultos" lo llamaban... pero nadie me dijo que allí corrías con tus propios fallos y decisiones. 
Me hablaron con fascinación de ese mundo donde no había horario de llegada y podías salir a tu antojo cada vez que te diera la gana, pero nadie me dijo que en ese mundo no existía la fantasía que en mi otro mundo reinaba.
En el mundo que me vendieron nadie me contó que los veranos duraban 3 días y los inviernos 2 años y medio.
Me vendieron ese mundo como un nuevo paraíso, pero nadie me advirtió que el demonio vivía en cada rincón.
Todo el mundo quería vivir en ese mundo donde más tarde descubrí que estaba lleno de obligaciones.
Y me volvieron a hablar de aquel mundo donde la lujuria y el desenfreno eran habituales, pero nadie me advirtió que las peleas eran reales.
Me hablaron de ese mundo como la mejor opción, y nadie me contó que en ese mundo los amigos se perdián por unas calles que nunca más volvías a ver y que aparecía tanta gente que ya no sabías a quién creer.
Me pareció un mundo muy raro, sin abrazos, ni juegos y mucho llanto. Y nadie me advirtió que en ese mundo el desencanto no era una opción.
Tanto me hablaron de ese mundo que quise llegar muy pronto y nadie me advirtió que no existía camino de vuelta, que una vez allí quedabas atrapado para siempre. Y cuando llegué no me gustó y no puede volver atrás... Y ahora rebusco en mi memoria esas tardes de merienda, aquellos largos veranos, y algunos juegos y canciones, Aquellos días donde todo se arreglaba con un apretón de manos o un trueque con las chucherías. Ahora ya no veo esa alegría, porque en el eco de este mundo se colaron muchas porquerías envueltas en regalos, lo normal se volvió raro y lo vulgar en moda, y ahora me parece un mundo tan  raro y complicado, que quisiera envolverlo en papel de regalo y olvidarlo para siempre en algún rincón lejano...


martes, 10 de noviembre de 2015

Aquí falta humanidad ...


No me importa el color de tus ojos, ni de tu pelo, ni de tu piel.
 Me da igual como vistas, qué gustos tengas o si te gusta comer. 
No me importa tu altura, tu peso o tu cordura, aunque no sepas estar a la altura.
A mi lo único  que me importa es tu grado de humanidad. 
No me importa si corres, si cantas, si bailas o si te da por saltar.
Que las medidas sobran para algunos... y aquí falta humanidad. 
No me importa cuánto sepas, si ahora  vienes o te vas.
Ni me importa lo que pienses si te sobra humanidad. 
Que por mucho que me cuentes, no te voy a juzgar,
que de eso ya se encargan las personas con maldad.
No me importa que me señalen, si al final ... eres igual que yo.
Muéstrame la diferencia que te hace ser un alguien superior.
Ya solo creo lo que veo, pues oir y creerlo me parece feo.
Desvélame algo sincero y que parezca verdadero.
Dime a dónde fue a parar la humanidad que ya no veo.
Solo quiero personas que me rodeen con sentimientos sinceros,
si no tienes humanidad a mi lado no te quiero,
que ya me aburrí de palabras y hechos traperos.
Preséntame tu humanidad y te mostraré un mundo mucho más llevadero... 
Y recuperemos ciertos valores porque aún estamos a tiempo... 



lunes, 2 de noviembre de 2015

El ritmo de la vida...

     Se piensa la gente que porque te vean llorar, tu vida es un infierno y no sabe esa gente que también se llora de felicidad.
Se piensa la gente que porque te vean reír, tu vida es de color de rosa y no sabe esa gente que la risa es una terapia y ayuda a sobrellevar los problemas.
Se piensa la gente que porque te pintes los labios de rojo ya eres una "descarada" y no sabe esa gente que estás llena de complejos y esos labios rojos son un pequeño reto.
Se piensa la gente que porque salgas a divertirte  ya estás montado en el dolar, y no sabe esa gente que a veces las paredes se te caen encima y necesitas aire puro.
Y por pensar no piensan que cada persona es un mundo con diferentes inquietudes, complejos, ambiciones y deseos. Que nadie puede ni debe vivir la vida de los demás.
Se piensa la gente que la vida del vecino es más fácil que la suya y no sabe esa gente que cada cual carga su propia cruz, que desde fuera la vida se ve con otra perspectiva.
Se piensa la gente que su problema es el único y no sabe esa gente la de personas que día a día se enfrentan a la vida como una nueva oportunidad.
Que ya nadie piensa en nadie si no es para criticar y mirarse su propio ombligo. 
Se piensa la gente  que es mejor que los demás sin pararse a conocer jamás la verdad. 
Se piensa la gente que la vida es eterna  y no sabe esa gente que lo material aquí se queda. 
Se piensa la gente que siempre lleva la razón y regalan a "manojitos" cualquier barato consejo sin ser capaces de aplicarselos a ellos mismos. 
Por eso... vive intensamente sin importar lo que diga la gente, porque la persona a la que jamás debes fallar es a ti mismo, que cada cual lleva su ritmo y nuestra vida no es la del vecino...