domingo, 18 de septiembre de 2016

Los prescindibles...



    Nadie es imprescindible, nadie, ni siquiera tu. Y si piensas que lo eres, estás muy equivocado. Todo el mundo puede hacer lo mismo que tú, tal vez mejor, tal vez peor, o tal vez incluso se necesiten de varias personas para hacer tu trabajo, que al final harán. Es un error por nuestra parte creernos superiores por pensar que somos imprescindibles, cuando lo único imprescindible es el tiempo. Es lo único que no puedes reemplazar, ni añadir, ni sustituir. Y aún así, seguimos dando más importancia a lo material que a lo verdaderamente importante. 
     Cuando ya no estemos en este mundo, poco importará lo que piensen de nosotros, pero quedará una esencia imborrable en la mente de aquellos que nos trataron. Olvidarán sin duda lo que hicimos, o dijimos, y recordarán cómo los hicimos sentir en un momento u otro, lo cercano o lo distantes que fuimos y tal vez, alguno que otro guarde algún objeto sin apenas valor, más que el sentimental, que les recordará a nosotros. 
     Ya ves... ni los objetos más valiosos del ahora serán de importancia cuando no estemos, porque nos marcharemos con las manos vacías, al igual que cuando llegamos a este mundo. 
POr ello, prescinde de todo aquello que no te aporte nada, de los obejtos , de las personas, de todo lo que te reste tiempo y energía, y conserva tan solo lo verdaderamente imprescindible, como aquellas personas que se merecen tu mejor versión, dedícales lo más preciado que tengas, como tu tiempo, tus abrazos, tus sonrisas, tus palabras, porque cuando te des cuenta de que todo lo demás es prescindible, habrás malgastado mucho de tu preciado tiempo. Así que... ¡¡¡respira y vive!!!
     Y recuerda que cada uno de nosotors tiene un camino que recorrer, que nadie debería juzgar porque, cada cual tiene sus propias pruebas y metas. Debemos deshacernos del pasado que tanto duele, que tanto marca. Soltar el lastre que nos atrapa y disfrutar de las pequeñas cosas porque son las que hacen grande nuestra vida. Rie, ama y respira. Si no sale bien, conviértelo en una experiencia más de la que aprender y si sale bien, disfrútalo mientras dure. Vive y respira, que tal vez mañana no vuelvas a tener la misma oportunidad. Respira la vida, respira la vida, respira la vida...  

domingo, 11 de septiembre de 2016

¿Educación o capricho?...

  
   La de cosas que una ve y conoce cuando viaja en autobús. Es toda una aventura, hasta tal punto que creo que voy a inaugurar una nueva sección llamada: El debate está abierto.
Todo esto surge de un pequeño viaje en autobús que hice hace unos días. Yo viajaba de pie, agarrada a todas las barandas posibles porque tengo muy mal equilibrio, cuando de repente unos gritos me sacaron de mis pensamientos. Una señora mayor se quejaba de una joven porque no le cedía el sitio. El caso es que, frente a la joven había un sitio libre.  
      La señora mayor se quejaba "a grito pelao" de que la joven se hacía la despistada hablando por el móvil para no darse cuenta de que la señora mayor necesitaba el sitio. En su defensa, la joven que no se estaba enterando de nada, le decía a la persona con la que hablaba que no sabía qué estaba pasando, que una señora le decía algo del sitio pero que ella estaba hablando por teléfono y no sabía qué había pasado, que no tenía problema ninguno en dejarle el sitio. El caso es que la joven siguió hablando por teléfono y la señora mayor hizo levantar a otras dos personas para que una de ellas le cediera el asiento. Nadie se metió por medio, nadie opinó, cada cual siguió en su lugar y calladitos, casi sin respirar . Y aún así, durante todo el trayecto, el sitio que había frente a la joven quedó libre, nadie se atrevió a ocuparlo, ni nadie hizo ver a la señora mayor que había un sitio libre que podía ocupar sin problema porque además según los dibujos/pegatinas del asiento, era para personas mayores, discapacitados etc.. . Y estaba libre. Entonces.. ¿Qué problema había? ¿Era algo personal de la señora mayor?
      Aquello me hizo pensar sobre la educación o el capricho, porque... ¿realmente la joven no se había enterado y utilizaba el móvil para despistar? ¿por qué la señora mayor no utilizó la educación y pidió a la joven amablemente que le cediera el sitio? ¿por ser mayor se cree con el derecho de que le dejen el sitio? Tal vez la joven venía cansada de trabajar y necesitaba un respiro. Me hizo pensar que algunas personas mayores se creen con derecho a muchas cosas por tener cierta edad, pues no le dió lugar a la chica ni a reaccionar y quizás si hubiera sido mucho más amable, hubiera conseguido ese sitio o el de cualquiera, pero la verdad, es que ni esa chica ni otros, le cedieron el sitio, bueno... si, una señora que tal vez por miedo se lo cedió. ¿Y la joven? ¿Representa a la mayoría de jóvenes actuales que están tan enganchados a las tecnologías que se han olvidado de tratar con la gente? 
      Aquel incidente me hizo cuestionarme muchas cosas, cada una tenía razón a su manera, pero hechos como éste son más habitual de lo que pensamos. En fin... El debate está abierto, ¿Qué opinas tu?