martes, 26 de enero de 2016

No estás sol@...

NO estás sol@... no lo estás.    

Todos tenemos los mismos miedos, la diferencia es que no todos lo demostramos de la misma manera.
Todos hemos sido principiantes alguna vez, todos hemos dudado al dar ese primer paso.
Nadie nace sabiendo, aunque algunos pareciera que si... 
Todos tenemos alguna debilidad que nos da vergüenza mostrar.
Quizás algún complejo también nos hace dudar y delante del espejo todos algo queremos cambiar.
Si alto, si bajo, si gordo, si flaco, al final el físico pasará, acabaremos todos arrugados y lo que de verdad contará será nuestra luz interior, aunque ahora la maquillemos para no ser vulverados.
Todos tropezamos y a veces, hasta con la misma piedra, y no por eso somos peor personas... simplemente estamos aprendiendo y cada uno de nosotros llevamos distinto ritmo.
Yo también pisé y fui pisoteada y ahora me río y lo cuento como anécdota, porque en realidad eso es la vida... un continuo aprendizaje donde reírse de las caídas siempre es gratificante porque te recuerda que eres persona y que si te estás equivocando es porque lo estás intentando.
No seas un mero espectador porque no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí. Vive y siente cada cosa que hagas. 


"Una copa con amigos,
despertarte con un beso,
un consejo de tu padre,
un cuídate de mamá...
La felicidad está ahí...
¿Dónde estás buscando?" 

Arrepentirse no es ser cobarde, arrepentirse es algo de valientes y mucho más si lo reconoces.
Recuerda que no estás sol@, que todos alguna vez nos encontramos en callejones sin salida, en situaciones absurdas, en momentos incómodos, en historias para olvidar... 
No soy quién para señalar, aunque alguna vez me señalaron.
No soy quién para criticar, aunque alguna vez sufrí las críticas de alguien que se pensaba mejor que yo.
No soy quién para juzgar, aunque alguna vez me juzgaron sin haberme conocido.
No soy quién para opinar sin conocer los detalles, aunque alguna vez opinaron sin conocer mi versión.
Por eso creo que debemos hacer lo correcto aunque nadie este mirando, aunque nadie esté aplaudiendo...
No copies la vida de los demás, aunque creas que son felices, porque tu felicidad no es la mía, ni tampoco la de los demás... cada cuál entiende su vida y su felicidad por caminos distintos. 
Y sobre todo, se siempre agradecido con las personas y con los instantes que la vida te brinda... 

"Ojalá
siempre nos demos cuenta,
de que los gracias
son bonitos,
los te quiero
son para decir de verdad
y los perdón
otra forma de querer..." 

Intenta ser feliz, aunque sea difícil y deja de lamentarte... que la felicidad no es material, está compuesta de pequeños instantes...

Y sobre todo... no te creas más que nadie, aunque nadie sea más que tu... porque siempre vendrá alguien a enseñarte algo que no sabías o habías olvidado... 


martes, 19 de enero de 2016

El árbol de las peras...

   Hoy os traigo un pequeño relato para reflexionar sobre lo ligeros que somos a veces (o la mayoría de las veces) en juzgar a las personas. Así nos va... 



     Había un hombre que tenía cuatro hijos y buscaba que aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente. Entonces envió a cada hijo, por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia. El primer hijo fue en el invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el hijo más joven en otoño.
Cuando todos ellos habían ido y regresado, los reunió y les pidió que escribieran lo que habían visto.

     El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.

     El segundo hijo que no , que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.

     El tercer hijo no estuvo de acuerdo, él dijo que estaba cargado de flores, que tenía aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.

     El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos; dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.

     Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.

     Les dijo entonces, que no deben juzgar a un árbol, o a una persona, sólo por ver una de sus temporadas y que la esencia de lo que son el placer, el regocijo y el amor que viene con la vida sólo puede medirse al final, cuando todas las estaciones han pasado. Si te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.  

MORALEJA: No juzgues a la vida ni a las personas solo por una estación difícil.

jueves, 7 de enero de 2016

De raíces...

     A veces las raíces se tambalean ante las fuertes tormentas. No todas tienen la misma resistencia aunque su base sea profunda. Algunas tienen la suerte de que existe quien las riegue, las cuide y las mime. Otras tienen que luchar durante toda su existencia para crecer sin torcerse y no siempre lo consiguen. He visto grandes raíces explorar caminos sin vuelta ni retorno. He visto endurecerse hasta el más débil de los arbolitos y en ocasiones he contribuido a enderezar aquellos que se creían dormidos e inservibles. Desde la barrera es fácil observar, lo difícil es pringrarse las manos y arañarse las rodillas para intentar salvar alguna raíz en peligro. A veces, toda ayuda es poca y aunque no veamos el progreso de inmediato, toda buena acción, tarde o temprano tiene su recompensa.  Se duerme mejor y más cómodo ante la sombra de un buen árbol, pero toda buena corteza requiere de unos cuidados que no siempre estamos dispuestos a dar, porque a veces es más cómodo mirar para otro lado y dar por perdido lo que ni siquiera hemos intentado. Mira de vez en cuando hacia el interior de tus raíces y descubrirás caminos que no habías explorado y de vez en cuando, tiende tu mano a las raíces más débiles para que crezcan con el ejemplo y no con la vergüenza de haber sido ingnorados. Cuando mires a alguien, fíjate bien en sus raíces y no te fijes en la flor que lo adorne, porque en otoño corres el riesgo de no saber qué hacer cuando sus hojas se marchiten.