Abrió los ojos y miró timidamente a través
de unos barrotes blancos . Alargó su
pequeña mano y acarició el brazo de su mamá que aún dormía tras el cansancio de
toda la noche. No quería despertarla, tan solo acariciarla. Y darle así las
gracias por sus cuidados. Sin ella estaba perdido…Mientras jugueteaba con los
peluches, abrió su pequeña boca aún sin
dientes para agrandar más aún su sonrisa, su mamá se había despertado y así
quiso premiarla, con su cándida sonrisa.
Apenas contaba con dos meses
de vida y ya se sentía feliz de dormir en su cunita tras pasar unas semanas en
la incubadora. Poco sabía de lo que era la
vida, pero con su papá y su
mamá cuidando de él, sabía que nada se le resistiría. Con el latir de su corazón día a día demostró
ser un luchador que no pensaba rendirse ante la primera dificultad. Y entre los
brazos de su madre cogia las fuerzas necesarias para respirar.
Ella le cantaba, su padre le susurraba y él
con su sonrisa hacía que todo mal pasara…
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